RELIGIÓN EN LIBERTAD – 29/04/2019
Según un informe del gobierno canadiense, en los últimos tres años han sido eutanasiadas al menos 6749 personas, una cifra que no incluye los territorios del Noroeste, Yukón y Nunavut. Solamente en el periodo transcurrido entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2018 fallecieron por “muerte médicamente asistida” 2614 personas (dato que tampoco incluye esos terrritorios ni Quebec), lo que supone ya un 1,12% del total de muertes en el país.
Como denuncia Wesley Smith (ver su artículo en ReL “Un padre no debe pedir a su hijo que le mate“) en National Review, esto supone unas tres mil personas al año: “Más de 250 al mes, más de 58 a la semana, más de 8 al día… ¡caramba!, eso es una persona cada tres horas“. Son unas estadísticas “duras”, añade Smith, “pero no dan cuenta de la historia completa, porque estas políticas radicales solo llevan en marcha un tiempo relativamente corto: aún no conocemos el coste moral de permitir que los médicos maten a sus pacientes o les ayuden a suicidarse”. De hecho, arranca su artículo con una afirmación que lo dice todo: “Los médicos canadienses cometieron miles de homicidios en 2018“.
Con todo, ese 1,12% es una cifra todavía lejana del 4% de muertes por eutanasia que se registraron en Holanda en 2017.
En cuanto a las características de las personas eutanasiadas, la mayor parte tenían entre 56 y 90 años de edad, con una media de 72 años. Un 44% de los homicidios tuvieron lugar en el hospital, y un 42% en el domicilio de los pacientes. El 93% de las muertes fueron causadas por médicos, y el resto por enfermeros.
En el 64% de los casos, los pacientes padecían cáncer.
La legalización de la eutanasia tuvo lugar en Canadá tras la llegada al poder de su actual primer ministro, Justin Trudeau, uno de los referentes de su homólogo español, Pedro Sánchez, quien también pretende introducir una legislación similar en España, que ampararía también la muerte de las personas discapacitadas.
Recientemente, el Comité de las Naciones Unidas sobre las Personas con Discapacidad recomendó sin embargo a España que retire esa previsión como causa que permitiría la “muerte médicamente asistida” (también como causa de aborto) porque contribuyen a crear “un clima de estigma” contra los discapacitados que puede conducir a la discriminación.
