El médico Carlos Valdivieso, agnóstico y presidente del Colegio Médico de Antioquia (Colombia), aseguró que no estudió medicina para ser un verdugo, alentó la objeción de conciencia ante el aborto y resaltó que su misión es salvar vidas y aliviar el dolor.
Fuente: Aciprensa Autor: WALTER SÁNCHEZ SILVA Foto: AFP, imagen de referencia, de un consultorio ginecológico en Colombia
No estudiamos medicina para ser verdugos
El 21 de febrero la Corte Constitucional de Colombia estableció, por 5 votos a 4, que el aborto “solo será punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos fijados en la sentencia C-355 de 2006”.
Esto quiere decir que hasta la semana 24 de gestación el aborto no será un delito punible, sin importar el motivo por el que sea realizado; y que luego de este plazo se puede practicar bajo las causales establecidas por el fallo de la Corte Constitucional de 2006.
“Yo sería objetor de conciencia. No estudié medicina, lo digo con claridad, para quitarle la vida a ningún ser humano. Mi tarea esencial es salvar la vida y aliviar el dolor”, resaltó el médico en entrevista con BluRadio
“Los médicos sabemos que la vida existe desde el momento de la concepción, nadie se puede parar a negarlo. No somos religiosos, no tenemos ninguna fe muchos de nosotros, pero sabemos que la vida existe desde la concepción”, subrayó.
Al ser preguntado si conoce otros médicos dispuestos a ejercer su derecho a la objeción de conciencia, Valdivieso dijo que hay “muchísimos. Tenemos muchísimos especialistas en ginecología y obstetricia que nos han llamado, hemos hablado con varios que conocemos”.
Tras comentar que no juzga a un médico que decide realizar un aborto, el especialista resaltó que “cada colega es sujeto de ciencia y conciencia, pero sí debemos recordar que tenemos el derecho a la objeción de conciencia”.
“Para los médicos este no es un asunto de carácter religioso”, señaló.
Valdivieso precisó que
“para los médicos la interrupción voluntaria del embarazo es un aborto. No usamos otro término. El término para nosotros es aborto” y resaltó que “nosotros los médicos no hemos estudiado medicina para servir como verdugos”.
Ante el fallo de la Corte Constitucional, el médico cuestionó: “¿Qué va a suceder? Comenzamos a ser forzados por las instituciones y algunos no seremos contratados, los que seamos objetores de conciencia; porque obviamente las instituciones requieren personas que hagan estos procedimientos”.
Sin embargo, “los médicos no estudiamos para realizar este tipo de procedimientos y se requiere el respeto absoluto de la objeción de conciencia”, subrayó.
¿Cómo se hace un aborto?
El médico también describió cómo se hace un aborto actualmente.
“Si hay un embarazo menor, de bajo nivel de semanas, el ginecólogo tendrá que empuñar una cureta”, una especie de cuchillo quirúrgico, “que va a raspar el útero, y realizar un procedimiento donde extrae el producto del embarazo, que es un ser vivo, sin lugar a dudas”.
Como resultado “de la acción de un ginecólogo, va a terminar con esa vida en ese momento”.
“En las semanas finales no se puede hacer eso porque podría producir hemorragias en la madre. Las técnicas son distintas”, alertó.
En el caso de un bebé más grande, “de un niño entre las 20 o un poco más de semanas, tendrán que suministrarle un medicamento que permita hacer un infarto en ese feto”, señaló.
Luego se procede a “desembarazar la madre, que es el término que se usa, extraer ese feto que antes estaba vivo y como producto de la acción del médico, va a perder la vida y va a ser extraído”
“Sin embargo, para el médico la función esencial es preservar la vida y aliviar el dolor. Por lo tanto este tipo de acciones suscitan una serie de cuestionamientos en los ginecólogos”, refirió.
El médico explicó que a las 24 semanas o 6 meses de gestación, en el bebé “todos los sentidos están desarrollados. Inclusive en muchos casos han podido vivir fuera de la madre, han sido viables”.
Eso quiere decir que “han podido salvar su vida y se han convertido en adultos sanos”, ya que a las 24 semanas “tenemos un feto casi totalmente formado”.
El Manifiesto de Madrid
El médico recordó luego el Manifiesto de Madrid, un documento firmado (PDF) por más de mil intelectuales españoles en 2009, entre “agnósticos, ateos declarados y creyentes”, un texto que “refleja con claridad lo que pienso”.
El texto, suscrito por biólogos, juristas, psiquiatras, pediatras, ginecólogos, filósofos, doctores, catedráticos y profesores universitarios precisa que hay sobrada evidencia científica de que la vida humana empieza en el momento de la fecundación; que el aborto es un acto cruel contra el ser humano y que la ley del aborto que preparaba entonces el Gobierno es una tragedia para el niño por nacer, la madre y toda la sociedad.
El manifiesto asegura que el aborto es un drama con dos víctimas: “Una muere y la otra sobrevive, y sufre a diario las consecuencias de una decisión dramática e irreparable”.
El texto también exige el respeto a “la libertad de objeción de conciencia en esta materia, puesto que no se puede obligar a nadie a actuar en contra de ella”.
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