Estados Unidos aprueba normas para limitar cada vez más el aborto.

abc.es

24.12.2013

El primer semestre de 2013 se convierte en el segundo de su historia con más leyes pro vida


 
Cuarenta años después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos legalizara la interrupción voluntaria del embarazo, la causa provida norteamericana gana fuerza y adeptos y las legislaciones de los distintos estados avanzan para encontrar la forma de restringir esta práctica.

Fue en 1973 cuando la Corte Suprema de Estados Unidos, en la conocida como sentencia de «Roe contra Wade», decidió que la mujer podía elegir si continuaba o no con su embarazo, una decisión que fue interpretada como la despenalización del aborto para los cincuenta estados de la unión federal.

Pero el año en que dicha sentencia celebra su cuarenta aniversario figura en las estadísticas como el segundo más prolijo en cuanto a leyes aprobadas para restringir el aborto y proteger la vida.

Según datos el Instituto Guttmacher -una ONG norteamericana encargada de salud sexual y estudios reproductivos-, en los primeros seis meses de 2013 se han aprobado hasta 43 disposiciones legales para proteger la vida del concebido y no nacido en el país. La cifra es la segunda más alta de estos cuarenta años, sólo superada por las 80 leyes anti-abortistas promulgadas en 2011.

Límite temporal
Fue en 2011 cuando seis Estados adoptaron una legislación que restringía la posibilidad de abortos en caso de fetos viables de 20 semanas o más de gestación; era la primera vez que se fijaban límites temporales para la interrupción del embarazo.

Estos Estados profundizaron en estas medidas pro vida y aprobaron entre 2011 y 2012 algunas relacionadas con la regulación de las clínicas donde se practican los abortos, la legalidad de éstos en base al sexo del bebé o a anormalidades genéticas o la limitación de la cobertura de aborto en los seguros de salud.

En marzo, Arkansas aprobó una ley para prohibir sin excepción el aborto después de las 12 semanas de gestación, lo que establecía el marco más restrictivo de todo Estados Unidos. El motivo era considerar que el latido del corazón del feto ya puede ser identificado con ultrasonido abdominal. Pero Dakota del Norte fue aún más allá, reduciendo el plazo a las 6 semanas. Son sólo varios ejemplos.

Según una encuesta de la consultora «Gallup» sobre el aborto, en 2012 la oposición a la interrupción voluntaria del embarazo alcanzaba su máximo histórico en Estados Unidos.

También la cifra de quienes se muestran a favor de su legalización sin condiciones llegaba a su mínimo histórico. Los analistas de «Gallup» reconocían entonces la existencia de una mayoría de norteamericanos -un 51%- que consideraba que el aborto es «moralmente erróneo» frente al 38% que lo consideraba «moralmente aceptable».

Cuando se les pregunta sobre si se postulan como «pro vida» o como «pro elección», más de la mitad se sitúa en la primera opción (un 51%). Diecisiete años atrás sólo un 33% elegía la defensa de la vida.

El día en que la sentencia «Roe contra Wade» cumplía sus cuarenta años, miles de norteamericanos tomaron las calles de Washington. Allí estuvo también Norma McCorvey -alias «Jane Roe», la «Roe» que da nombre a la sentencia-. Roe nunca llegó a abortar, pues conoció el fallo después de dar a luz a su hijo. A sus 65 años se ha convertido en una ferviente portavoz del movimiento que busca la anulación de la sentencia. La mujer que permitió la legalización del aborto es hoy una activa militante pro vida.

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