Padres de jóvenes trans: el silencio nos está matando

El silencio nos está matando

Nací en una familia activista. No me asusta defender mis opiniones ni estar en minoría. Durante muchos años he luchado por los derechos del colectivo LGBTQIA y he sido rechazada o atacada por ello, pero siempre he luchado abiertamente por lo que creo. Hasta ahora….. El silencio nos está matando.

Fuente: BioeticaBlog.com  Autor:  Anónimo

Me encuentro en una posición insidiosa. Quiero hacer toi-toyi en las calles y gritar a los cuatro vientos sobre los peligros de la ideología de género, el enfoque afirmativo y los hombres en los espacios de las mujeres pero, si lo hago, empujaré a mi hija adulta más hacia su identidad trans y hacia una mayor medicalización.

Carrera precipitada

De la nada, mi hija decidió que era trans después de años y años de graves problemas de salud mental, incomodidad social y una terrible soledad. Inmediatamente fue afirmada y en cuestión de meses había comenzado con testosterona y le programaron una doble mastectomía.

El consejo que le di de ir más despacio y explorar su identidad con más detenimiento antes de medicalizarse me convirtió, a sus ojos, en un intolerante transfóbico con el que no se sentía segura.

Al principio, traté de luchar contra ello. Le mostré toda la literatura que advierte sobre la medicalización y las historias de YouTube de personas que habían detransicionado. Dejé mis puntos de vista muy claros en Facebook y en artículos que escribí a los medios de comunicación que quisieran publicarlos. 

Continuamente le decía a mi hija que siempre la amaría, pero nunca estuve de acuerdo con la medicalización apresurada. Intenté ocultar mis lágrimas y mi desolación cuando su voz se hizo más grave, cuando le creció el vello y empezó a dejarse barba, y cuando se sometió a una doble mastectomía. Todavía tengo que prepararme mentalmente antes de verla.

Los terapeutas y la mayoría de la gente me dijeron que era importante mantener nuestra relación a toda costa. A veces sigo preguntándome si es el mejor consejo. ¿No es más amoroso luchar por lo mejor para tu hijo, aunque te odie?

Frustración subyacente: el silencio nos está matando

Nuestra relación ha mejorado con el tiempo y un gran esfuerzo de mi parte, aunque el dolor que siento por su rechazo hacia mí, y el dolor y miedo por su futuro, lo hace muy difícil.

Por un tiempo, pensé que aún podía luchar contra la ideología escribiendo artículos donde pudiera, e ir publicando en las redes sociales.

Pero cambié de opinión. Sé que gran parte de la identidad de mi hija y su precipitación hacia la medicalización es una reacción en mi contra. Debido a sus problemas de salud mental y a nuestra relación muy cercana, le ha costado mucho separarse de mí. La identidad trans parece la única forma en que puede hacerlo. Cuanto más lucho, más empuja ella.

Me deja en una posición indefensa, pero sé que tengo que dejar de pelear en público por un tiempo. Sigo intentando hablar con la gente individualmente (sobre todo con personas influyentes), si es que me escuchan.

Me mantengo al tanto de las noticias sobre temas de género, pero no comparto más artículos en Facebook. No escribo más artículos para periódicos y revistas. 

Me está matando. 

Nuestros hijos solo estarán a salvo cuando esta ideología y sus peligros sean expuestos y, sin embargo, si trato de exponerlos, mi hija se adentrará más en ella..

A ciegas

Muchos de mis amigos y familiares son activistas de izquierda. Pensé, cuando vieran lo que le estaba pasando a mi hija, se enfurecerían y lucharían contra eso. Estaba muy equivocada. La mayoría de ellos están demasiado aterrorizados para ir en contra de la ideología woke. Siguen creyendo o fingiendo creer que apoyando la ideología apoyan los derechos humanos. Yo fui una vez como ellos, apoyando alegremente algo de lo que sabía poco. Me hizo falta la experiencia personal y un poco de investigación para descubrir la escandalosa verdad. 

Cuando las personas atraviesan dificultades, dicen que no desearían su trauma a sus peores enemigos. Perdónenme por mis terribles pensamientos, pero en mis momentos más bajos, deseo esto a todos los que me rodean, porque sólo entonces la gente despertará y comprenderá, y sólo entonces empezarán a hacer algo al respecto.

Estoy enfadada, dolida, sola y me siento impotente. Sé que hay muchos otros padres en mi situación. ¿Cómo vamos a luchar contra esto, si luchar empuja a nuestros hijos en la dirección contraria, y cuando tantos de los que podrían luchar contra ello, no lo harán?

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