Entrevista a Ángel Jiménez Lacave, médico oncólogo e investigador, al hilo de la sentencia del Tribunal Constitucional avala al farmacéutico que se negó a suministrar la píldora del día después.
(Iglesia en Asturias)
El Tribunal Constitucional ha avalado al farmacéutico que se negó a suministrar a una joven píldoras del día después ¿Qué opinión le merece esta sentencia?
Espontáneamente y sin conocer los detalles de la sentencia ni de todo el proceso de la denuncia, se ve claramente que este farmacéutico es signo de contradicción en el ambiente cultural dominante del momento actual en el que vivimos. Y prueba de ello es que la demandante, como veremos, no acepta la actitud ética del farmacéutico.
¿A qué se refiere exactamente con «signo de contradicción»?
Como bien sabe, el perfil social actual se ha calificado por algunos autores como la época del «pensamiento débil», según Vattimo –filósofo de Turín, o la «época apolínea», según Otero Novas, o, por decirlo con términos mas coloquiales, de lo «políticamente correcto», de falta de criterios de actuación sólidos. Al negarse a recetar un antiabortivo contradice la cultura dominante creando una gran contradicción a la joven, por no decir exasperación.
¿Dónde termina el derecho de un paciente, y dónde empieza el derecho a la objeción de conciencia del farmacéutico?
Lo primero que conviene aclarar es a qué nos estamos refiriendo con el término objeción de conciencia, porque no sería la expresión adecuada en este contexto.
Este tipo de actuación, como la del farmacéutico, hay que llamarlas objeción de conciencia profesional u objeción de ciencia, porque se basa en criterios objetivos, biológicos y no ideológicos. El aborto es algo que deontológicamente no está permitido en el código médico: es un hecho biológico y una normativa deontológica, no una opinión personal.
¿Entonces la objeción de conciencia de no proporcionar la píldora del día después se basa en criterios científicos?
Este medicamento se suele solicitar después de un coito para evitar el embarazo. Los farmacéuticos tienen la experiencia de que lo suelen pedir las mujeres en fines de semana. Yo no juzgo a las jóvenes, porque imagino que piensan que no tiene más efectos secundarios que las de evitar un embarazo. Lo que seguramente no sepan, ni ellas ni una gran parte de la sociedad, es que el meca