Marcela Campagnoli propuso interrumpir el embarazo en la semana 20 o 21. Los expertos dicen que es inviable y antiético.
13/03/2018 DIARIO CLARIN (ARGENTINA)
Desde que se supo que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) será discutida en el Congreso, se escuchan propuestas de todo tipo. El senador de Cambiemos y ex ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, opinó que “el embrión es un argentino con derechos”, y propuso “discutir la adopción de embriones, es decir, cambiar toda la ley de adopción”. La diputada de Cambiemos, Marcela Campagnoli, abogada y profesora de historia, propuso que las mujeres que quieren interrumpir su embarazo no lo hagan hasta “la semana 20, 21”, y luego, “le podamos sacar ese niño de su vientre” para que “la ciencia” le “dé vida en una incubadora y hacemos una adopción pre natal”. Clarín consultó a diversos especialistas para que expliquen si las propuestas de estos legisladores son posibles, éticas y constitucionales.
“Esta señora habla de la semana 20, cuando la viabilidad, es decir, la sobrevida fuera del útero es cero, es imposible hasta al menos la semana 24 o 25, donde el feto pesa unos 600 gramos e incluso entonces la mortalidad es alta, alrededor del 50%. Recién después de la semana 28 el pronóstico es bueno”, explica a ClarínMario Sebastiani, obstetra y miembro del Tribunal de Honor de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (Sogiba).
“Esos bebés que deben ir a la incubadora, cuantas menos semanas de desarrollo, más altas probabilidades de tener graves problemas neurológicos, parálisis cerebral, déficit intelectual, sordera, ceguera… Sólo si hay problemas se le realiza a una mujer una cesárea por debajo de la semana 38, sería antiético hacerlo antes. No se puede condenar a nadie a ser un prematuro por elección. El bebé debe llegar a término, no se lo puede sacar a medio camino, sería una locura. Como tampoco se puede forzar a una mujer a que continúe su embarazo hasta una semana determinada para sacárselo y meterlo en una encubadora, es tremendamente violento y contrario para la mujer”, asegura Sebastiani. Y dice más: “Neonatología no es un lugar donde se mandan los bebés para que estén ahí como si fuera un hotel”.
El Proyecto de IVE dice que “en ejercicio del derecho humano a la salud, toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional”. La decisión de establecer la semana 14 sigue los modelos regulatorios de los países europeos y los Estados Unidos, que tienen aborto legal desde hace décadas. “Holanda incluso lo permite hasta la semana 24, pero no con la idea de sacar el feto vivo”, explica Marisa Herrera, abogada e investigadora del Conicet.
Herrera también habla de las propuestas de adopción: “Es ficticio que si se promociona la adopción bajen los abortos, son dos cosas que no se pueden mezclar, son decisiones distintas”, dice, y habla de Francia, donde existe la práctica del “accouchement sous X”, algo así como la posibilidad de tener un parto anónimo: “Que exista esta práctica no ha bajado la cantidad de abortos”. Cada año en Francia cerca de 600 mujeres paren a sus bebés sin que quede registro de su identidad, pero esta práctica ha sido ampliamente criticada por lo marginal y porque es contraria al derecho a la identidad de cualquier persona.
La abogada recuerda el fallo del 28 de noviembre de 2012 -ratificado en febrero de 2016- de la Cort