Una experta en fertilidad abre la polémica sobre el retraso en la maternidad por razones de trabajo

RELIGIÓN EN LIBERTAD.- 29-JUN-2015

La doctora Geeta Nargund, especialista en medicina reproductiva, ha sido respaldada por el ex presidente de la Sociedad Británica de Fertilidad.

Una de las mejores especialistas sobre fertilidad del NHS (National Health System, Servicio Nacional de Salud, ndt) ha hecho una dura advertencia a las mujeres: intentad tener un hijo como máximo a los treinta años o el riesgo es no tengáis ninguno, informa el Daily Mail.

En una enérgica carta dirigida a la Secretaria de Educación Nicky Morgan, la doctora Geeta Nargund, especialista en ginecología, ha pedido también que se enseñe a las adolescentes el peligro que entraña retrasar el ser madre, debido al vertiginoso coste que tiene para el contribuyente la fertilización in vitro de mujeres que han superado ampliamente los treinta y los cuarenta años.

La Dra. Nargund cita la angustia de un número cada vez mayor de mujeres sin hijos como la razón clave para que se incluyan clases de fertilidad en el currículo nacional. Su controvertida intervención –en la que advierte que Gran Bretaña se enfrenta a una “bomba de relojería respecto a la fertilidad”– alimentará el debate sobre cuál es el mejor momento para empezar una familia, visto además el aumento en el número de mujeres que retrasan la maternidad para dedicarse a su carrera.

La doctora Geeta Nargund señala dos aspectos del problema de la falta de información sobre la fertilidad: la frustración personal y el coste económico.

En esta carta, a la que ha tenido acceso The Mail on Sunday, la Dra. Nargund escribe: “He visto demasiado a menudo el shock y la angustia en el rostro de las mujeres cuando se han dado cuenta de que han pospuesto demasiado el crear una familia. Para muchas esta noticia llega como una verdadera sorpresa y el sentimiento de devastación y remordimiento puede ser abrumador… Y a menudo el lamento es: ¿Por qué nadie me dijo nada de esto?”.

El problema de la fertilidad es que es “una carga para el NHS costosa y en gran medida innecesaria”, dice, advirtiendo de que los gastos ocasionados por la FIV “van en aumento”. Ya se han gastado cientos de millones en FIV, pues cada ciclo cuesta unas cinco mil libras esterlinas (unos siete mil euros).

Informar a las adolescentes desde la escuela
Argumentando con pasión la necesidad de informar sobre la fertilidad, la Dra. Nargund le escribe a la Sra. Morgan: “La información es poder y el mejor modo de fortalecer a la gente para que ésta tome el control de su fertilidad es educarla”. Y añade: “Lo ideal es que si una mujer está preparada para tener un hijo, lo intente cuando tenga treinta años. Tiene que pensar en tener a su hijo pronto, porque a medida que envejece su fertilidad disminuye drásticamente”.

Si un mujer intenta quedarse embarazada siendo más joven, los médicos tienen más tiempo para diagnosticar los problemas y actuar antes de que sea demasiado tarde, dice.

El doctor Allan Pacey, presidente saliente de la Sociedad Británica de Fertilidad, apoyó sus declaraciones. “Tienes que empezar a intentarlo como máximo a los treinta años, porque si hay un problema y necesitas cirugía, hormonas o una FIV, tienes cinco años por delante para resolverlo”, ha dicho. “Si una mujer empieza a los treinta y cinco, los médicos tienen que solucionarlo cuando ella ya está en la curva descendiente de su fertilidad”.

El doctor Allan Pacey, ex presidente de la Sociedad Británica de Fertilidad, es también profesor en la Universidad de Sheffield.

El Dr. Pacey fue incluso más alla de la educación sobre fertilidad a las jóvenes: según él, deben recibir información sobre “la edad adecuada” desde la escuela primaria hasta la universidad.

Razones económicas de peso
La Dra. Nargund, jefe de servicio de medicina reproductiva en el Hospital Saint George de Londres y director médico de las clínicas privadas Create Fertility del Reino Unido dice: “A medida que la mujer envejece, los problemas de fertilidad son más complejos, por lo que los tratamientos tienen menos éxito, son más caros y normalmente se necesitan más ciclos de tratamiento para la FIV para conseguir un embarazo. Por lo que impartir una educación sobre fertilidad es muy importante para el gasto público, porque ayudará a tener más niños con el mismo presupuesto de la NHS”.

El problema más frecuente en las mujeres con más de treinta o cuarenta años es la cantidad y la calidad de los óvulos.

En estos casos, la FIV suele ser necesaria. Pero puede haber otros factores en juego, como escaso flujo sanguíneo en los ovarios o en el útero.

La Dra. Nargund y sus colegas han conseguido enfoques diagnósticos pioneros con el uso de ecografías y otras pruebas para discernir cuál es el problema antes de recurrir a la costosa FIV.

El coste es considerable: el NHS financió 25.571 ciclos de FIV en Inglaterra y Gales en 2013 o lo que es lo mismo, el 41% del total.

El resultado medio es de un nacimiento cada cuatro ciclos, lo que significa que cada niño nacido después de una FIV le cuesta al contribuyente unas veinte mil libras esterlinas (28.000 euros). Pero la posibilidad de éxito de la FIV desciende rápidamente con la edad, siendo el resultado de éxito de un niño cada ocho ciclos en mujeres de 40 a 42 años que utilizan sus propios óvulos.

Una “bomba de relojería”
Actualmente, la edad media de las mujeres que tienen un hijo es de treinta años, según la Agencia Nacional de Estadística, que atribuye al hecho de que hay más mujeres que van a la universidad y que quieren hacer carrera como la razón clave de que sean madres más mayores.

Con una de cada seis parejas con problemas para concebir un hijo y con el índice de nacimientos entre madres nacidas en el Reino Unidos en descenso a largo plazo, la Dra. Nargund declara que Gran Bretaña se enfrenta a una “bomba de relojería respecto a la fertilidad” a la que es necesario enfrentarse.

“No podemos depender de la inmigración para aumentar el índice de natalidad del país”, dice la Dra. Nargund, que se trasladó al Reino Unido desde la India a principios de los años ochenta para estudiar medicina: “No es una solución permanente”.

La Dra. Nargund, que ahora tiene 55 años, empezó a crear un familia con su marido a los 29 años, a pesar de ser una joven médico muy ocupada en ese momento porque, como dice ella: “Tenía muy presente en mi mente mi reloj biológico”.

Es sorprendente cuánta gente joven no estaba informada sobre el impacto de la edad en la fertilidad, dice. Tampoco sabían que fumar, demasiado alcohol, las drogas o ser demasiado gordo o delgado afecta negativamente a las posibilidades de concepción. Añade: “No necesariamente las mujeres instruidas lo están sobre su fertilidad”.

Un portavoz del Departamento de Educación ha dicho: “La educación sexual es obligatoria en todos los centros públicos de enseñanza secundaria. Esperamos también que las academias y los colegios privados la impartan. Confiamos en las escuelas para que aseguren la educación que cubra las necesidades particulares de los estudiantes. Por ello, son libres de hablar sobre fertilidad o cualquier otra cuestión que consideren relevante”.

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