“Postura de la Clínica de la Universidad de Navarra sobre la posible revocación del Convenio con el Gobierno navarro”

Durante cerca de 40 años he trabajado en la sanidad pública con dedicación exclusiva y durante 22 como jefe de servicio y catedrático en Salamanca. En 2013 me incorporé a la Universidad de Navarra como director de Medicina Clínica y Traslacional.

Soy un firme y apasionado convencido de la excelencia del sistema nacional de salud y más aún de la capacidad de Navarra de llegar a ser una referencia internacional en sanidad. Pienso que esto se consigue sumando fuerzas.

En los últimos días, los medios de comunicación se han hecho eco del debate político sobre la renovación del convenio de asistencia sanitaria que la Universidad de Navarra mantiene con las instituciones públicas y que se viene prestando bajo diversas figuras desde 1982.

Imagen del Dr. Jesús San Miguel, Director Médico de la Clínica Universidad de Navarra
El Dr. Jesús San Miguel, director de Medicina Clínica y Traslacional. Universidad de Navarra

 

Lógicamente, respeto la legítima opinión y las decisiones de los partidos. A la vez, no comparto algunos de los argumentos que se esgrimen y siento la obligación de exponer mis razones.

En resumen, son cuatro los motivos que presentan en contra del Convenio: le falta base legal, no supone un ahorro, favorece la sanidad privada en perjuicio de la pública y en definitiva representa un privilegio.

A esto cabe decir que el convenio es un contrato asistencial previsto en la legislación vigente, como constató la Cámara de Comptos en su informe de fiscalización de 2009. Tiene como precedente la figura de las entidades colaboradoras y se ha renovado desde 1982, en diferentes circunstancias políticas, sin que se haya encontrado ningún defecto jurídico.

Por lo que se refiere al ahorro económico, se puede aportar el dato de que el Convenio actual se establece con una tarifa de 719 euros, por debajo de los 1.200 euros de gasto sanitario medio por persona asignado en Osasunbidea. Hemos firmado el acuerdo en el entendimiento de que económicamente es positivo para Navarra.

En la Clínica defendemos también la sanidad pública, universal y de calidad. Hay que recordar que trabajamos en la Clínica un gran número de médicos, enfermeras y otros profesionales con una vocación que compartimos con nuestros colegas del sector público. Por eso hacemos lo posible por cooperar con ellos al servicio de Navarra y sus enfermos.

La Universidad de Navarra es una institución sin ánimo de lucro, que presta servicios públicos: educación superior y asistencia sanitaria. En la Clínica no vemos la salud como un negocio, aquí no hay accionistas que se lleven beneficios, sino que reinvertimos los posibles excedentes al servicio de los pacientes.
Pienso que se puede decir que el Convenio presta un servicio a la sanidad pública de Navarra, al menos en cuanto que alivia el grave problema de las listas de espera, que en octubre afectaban en Navarra a más de 53.000 personas.

Finalmente, algunos consideran este Convenio como un privilegio. Por principio no puedo aceptar esta razón, ya que implicaría dar por bueno que la sanidad pública ofrece un servicio deficiente, cosa que considero del todo equivocada, porque cuenta con profesionales excelentes.

A la vez, me atrevo a sugerir que se considere la posibilidad de extender el supuesto privilegio a más sectores de la población: a personas que residan en barrios cercanos, a colectivos laborales, a refugiados, o también para aliviar listas de espera. La Clínica no está aquí para hacer negocio, sino para colaborar. La Clínica no está aquí sólo para atender a pacientes que vienen de lejos, sino también a los más cercanos.

Sacar adelante una institución como la Universidad de Navarra, con casi 5.000 trabajadores, no es fácil. Implica que mucha gente trabaja intensamente para salir adelante todos los días. Esas personas, casi 4.000 de ellas residentes en Navarra, no reclaman privilegios, pero nos están pidiendo a todos que lleguemos a acuerdos. Varios cientos han elegido la asistencia sanitaria pública y están encantados con ella. Son 7.200 empleados y familiares los que acuden desde hace años a su médico en la Clínica. Enfermos crónicos, enfermos graves, personas que son atendidas desde hace lustros por los mismos facultativos. Para todos ellos la salud es un bien de gran valor. Y no entienden por qué se propone romper un acuerdo que favorece a todos y no perjudica a nadie.

Por parte de la Universidad y de su Clínica, si hubiera otros datos o fórmulas distintas de colaboración, por supuesto seríamos flexibles para buscar puntos de encuentro.

A nivel personal sueño con que seamos capaces, trabajando juntos, de diseñar un modelo del que se puedan sentir orgullosos y beneficiar todos los navarros y que convierta nuestra región en una referencia médica internacional. Un modelo que integre la asistencia con la investigación. Un modelo de todos, integrador, inclusivo. Un modelo que sume, que busque la cooperación y los acuerdos.

Jesús San Miguel
Director de Medicina Clínica y Traslacional
Universidad de Navarra

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