Los más de 4.000 rescates en los abortorios, una realidad incómoda a eliminar por el nuevo Gobierno

Rescatadores

(Ref religionenlibertad.com)

Marta Velarde es una mujer entregada a la lucha en favor de los más débiles, es decir, de muchas mujeres embarazadas que se ven abocadas a abortar y que no encuentran a nadie que le tienda la mano. Y como presidenta de la Asociación Más Futuro y de los Rescatadores Juan Pablo II ha logrado junto a un comprometido número de jóvenes  rescatar en casi ocho años a 4.000 bebés y a sus madres en las puertas de los abortorios.

Su éxito, tanto en número, como sobre todo por el hecho de demostrar que en realidad muchas mujeres no quieren abortar, es un grave problema para la industria abortista, que cada año mueve una gran cantidad de dinero.

El nuevo gobierno, contra los rescates

Para proteger a esto lobbies abortistas, PSOE y Podemos, los dos partidos que gobernarán en coalición, presentaron en su acuerdo programático medidas concretas para evitar que haya mujeres que puedan ser rescatadas voluntariamente de los abortorios.

Uno de los puntos del acuerdo se centra precisamente en esto: “Garantizaremos la intimidad de las mujeres que acuden a las clínicas IVE (interrupción voluntaria del embarazo, nda), su integridad física y moral, así como su derecho a la libre circulación”.

En una entrevista con La Contra TV, Marta Velarde explica la realidad del aborto y de las mujeres que acuden a abortar. Y la impresionante cifra de 4.000 bebés rescatados muestra cómo un pequeño grupo de personas puede salvar muchas vidas con apenas apoyo.

“Todas nos escuchan”

“Esa creencia de que la mujer ya tiene decidido abortar cuando acude no es muy cierta, es un concepto que tiene la gente cuando viene a rescates. Cuando viene ve que la mujer lo que quiere es una mano tendida. Es muy impresionante porque todas las que salen del abortorio nos escuchan. Todas”, cuenta Velarde.

“Nosotros nos colocamos bastante lejos. A treinta o cuarenta metros del abortorio. Y les decimos que están en su libertad de entrar o no. Y todas nos escuchan”, recalca.

La realidad que ha podido comprobar cada día durante todos estos años es que cada semana logran entre cinco y quince rescates. Y esto hace perder mucho dinero a los abortorios, pues con cada mujer rescatada pierden entre 500 y 3.000 euros.

Invitar a los políticos a acudir a los rescates

Sobre la promesa del futuro de gobierno de blindar las inmediaciones de los abortorios para evitar rescates, Marta Velarde confiesa que todavía no sabe cómo les afectará aunque “evidentemente” será todavía más en su contra.

Sin embargo, asegura que lo primero que hará será “invitar a todos los políticos a hacer rescates, nos da igual la ideología, que lo vean, que vean que lo que están diciendo es mentira”.

El principal argumento que utilizan los políticos abortistas es que coaccionan a las mujeres que acuden a abortar. Marta Velarde recuerda que “no coaccionamos” y señala que “no tenemos ninguna denuncia contra nosotros”. Pero los rescatadores sí que han sido agredidos por el personal de algunos abortorios y han ganado todas las denuncias.

Una realidad que no interesa que se vea

Con el nuevo Gobierno y esta promesa concreta –afirma la presidenta de los Rescatadores Juan Pablo II- “nos tememos que es David contra Goliat. El fuerte contra el débil”. Pero detrás de todo esto también puede estar el hecho de que no se conozca lo que ocurre dentro de estos locales.

“Al estar en las cercanías de los abortorios nos enteramos de muchas cosas que hacen allí. Hemos visto ataúdes de adultos sacados por la funeraria de dentro del abortorio. Y las fotos nos las hemos hecho nosotros, si no los vecinos”, informa Marta.

Y pone un ejemplo. Tan sólo del abortorio Dator y en el pasado mes de octubre tienen las fotos de dos ataúdes saliendo. “Y si nosotros tenemos de dos, ¿cuántos habrá?”, se pregunta.

La salida de uno de estos ataúdes se produjo a las 18 horas y la gente empezó a hacer fotos. Cuenta Marta Velarde que “el abortorio llamó a la Policía Nacional y bloqueó toda la calle con furgones para que nadie accediera”. “Nosotros nos enteramos porque la gente sabe que estamos por ahí. Los vecinos nos ayudan mucho”, afirma ella.

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