Legalización del aborto. ¿Cómo manipular la muerte de una embarazada adolescente?

Manipulación para promover la legalización del aborto en la Reública Dominicana
 

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Se ha comentado ampliamente en los medios de comunicación social el caso de Rosaura Almonte, una adolescente dominicana, de 16 años, embarazada, que murió de una leucemia aguda, sin que se le permitiera abortar, lo que se está utilizando para promover la legalización del aborto en ese país caribeño, caso que merece, a nuestro juicio, una más amplia reflexión, pues, sin duda, la historia de Rosaura, está siendo objeto de una objetiva manipulación en diversos medios de comunicación.

Pero vayamos por partes. Primero, es necesario realizar un breve resumen de la historia clínica de la joven, pues conocerla es imprescindible para realizar la valoración ética que pretendemos, aunque es posible que la historia no sea lo completa que medicamente debería ser, pues solo disponemos de los datos difundidos por los medios de comunicación social.

Como ya se ha comentado, Rosaura era una adolescente de 16 años, embarazada de siete semanas, a la que el 12 de julio de 2012 se le diagnosticó una leucemia aguda, sin especificar de qué tipo era.  A los pocos dias se planteó la posibilidad de un aborto, aduciendo que el mismo podría favorecer la recuperación de la enferma, cosa que no se llevó a cabo porque el aborto está prohibido en la Republica Dominicana. Como era natural, se pensó entonces en administrarle quimioterapia, lo que, al parecer, en principio se desechó por no perjudicar la salud del feto, circunstancia que no siempre ocurre, pues la quimioterapia utilizada en el primer trimestre del embarazo aumenta el riesgo de aborto, muerte fetal y desarrollo de malformaciones, solamente en un 10% a 20% de las veces (Journal of Clinical Oncology, 30 de noviembre de 2015). En general, se puede afirmar que los fetos son muy vulnerables para desarrollar problemas  teratogénicos cuando la quimioterapia se aplica entre la 2 y  8 semanas de gestación.

A los 8 días, el 20 de julio,  se inició este tipo de terapia médica. A pesar de ello, el 16 de agosto falleció Rosaura. Es decir habían transcurrido 35 dias desde que se diagnosticó la enfermedad hasta su fallecimiento y 27 desde que se inició la quimioterapia.

De esta breve historia médica se puede destacar: a) la agresiva evolución de la enfermedad, pues solo transcurrieron 35 días desde el diagnóstico hasta el fallecimiento de la joven; b) la muy improbable posibilidad de que un aborto hubiera podido condicionar favorablemente la evolución de una leucemia tan agresiva. No es fácil concretar una razón médica para fundamentar esto; c) que 8 días después del diagnóstico se inició la quimioterapia; d) que a pesar de ello la joven murió a los 27 días de recibir el tratamiento quimioterápico.

Por todo ello, nos parece que: a) el que se administrara a Rosaura un tratamiento quimioterápico fue correcto; b) que si se hubiera podido realizar el aborto, muy probablemente no habría influido en la evolución de su enfermedad; c) que consecuentemente la actitud médica fue la adecuada; d) que Laura murió por causa de una leucemia aguda, y que su fallecimiento no tuvo ninguna relación con que se le hubiera o no practicado un aborto.

Estas circunstancias médicas requieren una reflexión ética: a) la primera es que dado que con toda probabilidad de aborto no hubiera influido en la evolución de la enfermedad  de Rosaura, utilizar este caso, entonces y ahora, para promover su despenalización en la Republica Dominicana, carece de fundamento; b) ante el dilema  de si sería ético instaurar un tratamiento quimioterápico, meollo del fondo ético del caso, nos parce que no hay duda de que era ético hacerlo, como así se hizo, pues el mismo iba dirigido a tratar de salvar la vida de la adolescente y el que pudiera o no tener efectos secundarios negativos sobre el feto era una consecuencia no deseada del mismo, por lo que este caso se podría encuadrar moralmente dentro de las denominadas acciones de doble efecto.

Derecho a la vida de la madre o la salud del feto

Por otro lado, ante el dilema de qué debería haber prevalecido en este caso, si el derecho a la vida de la embarazada o a la salud del feto, pensando que la medicación podría causarle algún problema médico, no cabe duda que debería prevalecer el derecho a la vida de la madre.

Finalmente, en lo que a la manipulación informativa se refiere, se puede añadir que en el artículo de El Mundo (16-12-2015) se comenta que la madre de Rosaura, Rosa Hernández, tuvo que “aflojarse el bolsillo” pagando  un dinero que no tenía, lo que no concuerda muy bien con las declaraciones del Arzobispo de Santo Domingo, Cardenal Nicolás de Jesús López Rodriguez, que dispuso que se socorriera a la familia de Rosaura y se le ayudara en sus necesidades de forma tal que con el apoyo de la Iglesia se cubrieran todos los gatos de enfermedad de la niña (http://www.aciprensa.com/noticias/ caso-manipulado-por-abortistas-fallece-adolescente-embarazada-tras-quimioterapia).

Ciertamente toda esta parafernalia informativa, al cabo de tres años de la muerte de Rosaura, parece no tener otra finalidad que promocionar el aborto  en ese país caribeño y posiblemente también en el nuestro, cosa que parece especialmente probable si se tiene en cuenta que la madre de Rosaura está recibiendo apoyo de todo tipo para promover sus actividades por la organización pro abortista Women’s Link Worldwide. “Las Provincias” (Valencia), 31 de diciembre de 2015.

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Justo Aznar

Director del Instituto de Ciencias de la Vida

Universidad Católica de Valencia

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