La píldora abortiva, falsa solución para las mujeres canadienses

Los defensores de la píldora abortiva RU-486 ignoran los deseos de los contribuyentes y promueven sus intereses en desmedro de otras necesidades

El Departamento de Salud de Canadá ha demorado la decisión para autorizar la RU-486, la “píldora del aborto“, algo que ha provocado la ira de los defensores de la droga. Un análisis detallado, sin embargo, hace comprensible la demora, pero lo que realmente es un misterio es por qué no ha sido directamente rechazada.

La píldora abortiva RU-486 es una combinación de dos drogas utilizadas entre las cinco y nueve semanas de gestación: la mifepristona bloquea la progesterona, y el misoprostol, administrado dos días después, induce las contracciones. De acuerdo con el fabricante, el uso de la droga requiere un estudio de ultrasonido antes de tomar la primera píldora y otro después de que es expulsado el bebé muerto, pero el aborto tiene lugar en la comodidad del hogar.

Como se considera que poder realizar un procedimiento desde la comodidad del hogar debería ser el estándar médico ideal, los críticos del Departamento de Salud denuncian que el sistema es inferior al de otros países donde la droga está disponible. Yo lo tomo como una prueba de la superioridad de nuestro sistema de salud.

La expartidaria del aborto Carol Everett ha hablado con candor sobre el uso y abuso de esta droga por parte del programa de Paternidad Planificada (Planned Parenthood). En entrevista con Christian Week, le dijo a Craig McCartney que “la utilizan como dos oportunidades en una para abortar. Saben que solo funciona en los primeros 49 días, pero la administran hasta dentro de los 63 días…. Así pueden realizar dos procedimientos en una mujer. Es algo deliberado”.

Planned Parenthood, explica Everett, impone a cada chica a firmar un acuerdo de someterse a un aborto quirúrgico en caso de que la RU-486 no tenga éxito en lograr el aborto. A la mujer se le cobra dos veces por ese procedimiento. Esto ocurre en un país donde los pacientes son los que pagan. ¿Que implicaría en un sistema financiada por los contribuyentes?+

En 2007, Norine Dworkin-McDaniel ingirió la píldora abortiva RU-486, y posteriormente contó su historia en Maire Claire: Traicionada por una píldora, fue el título. La descripción de su sufrimiento es una advertencia para todas las mujeres, pero a mi me gustaría ir más allá. Las mujeres han sido traicionadas por un movimiento, un movimiento que también traicionaría al sistema de salud canadiense. No es un asunto trillado.

Young people from Canada traveled to Washington, DC, and the 2015 March for Life, to challenge that abortion benefits women and seek "full legal protection from the moment of conception." (Campaign Life Coalition)

En Canadá, nuestro generoso sistema de salud está siendo presionado por las demandas de una población que envejece, las expectativas de una población mimada, y los increíbles avances en el campo de la medicina, que han logrado desarrollar maravillosas drogas y tratamientos —maravillosas y costosas drogas y tratamientos. La RU-486 probablemente será clasificada dentro de las opciones para abortar y será financiada en su totalidad por el sistema de salud provincia, en momentos en que los canadienses encuentran restricciones sobre otros tratamientos médicos y farmacológicos.

Los ministros provinciales de Salud están evaluando financiar lo necesario en desmedro de apoyar el próximo descubrimiento asombroso que podría cambiarlo todo. Estos son debates importantes para plantear. Decidir acerca de cómo encontrar un equilibrio entre necesidades que compiten y cómo alcanzar el bien mayor, importa. Los contribuyentes importan.+

El contribuyente también es un paciente. La píldora abortiva traiciona al niño por nacer. Traiciona a las mujeres vulnerables. Traiciona los recursos del sistema de salud. No importa qué enfoque utilicemos para analizar los efectos de esta droga: al final del día nadie sale ganando.

 

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