La FDA critica duramente, y la OMS minimiza, riesgos del anticonceptivo Depo-Provera

C-FAM.- 5-NOV-2015

african-woman-injection2Una semana antes de que inicie una enorme conferencia mundial sobre planificación familiar en Indonesia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una breve declaración que reitera su postura de que los anticonceptivos inyectables son seguros (cualquiera sea su duración) incluso para las adolescentes, pese a que se los asocia con la pérdida progresiva de densidad ósea y otros efectos secundarios perjudiciales.

Esto fue poco después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), ampliamente reconocida como «el patrón de oro» en seguridad farmacológica, rechazó el pedido de que retirara su fuerte advertencia de «etiqueta negra» y reiteró su preocupación por los efectos secundarios a largo plazo de dichos anticonceptivos en la salud de la mujer.

Las mujeres de todo el mundo que desean posponer o evitar el embarazo mencionan el riesgo para la salud como uno de los motivos más frecuentes para no usar anticonceptivos modernos.

La ciencia respalda sus inquietudes. En este caso, se asocia los anticonceptivos inyectables que contienen acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA, por sus siglas en inglés), también conocido como Depo-Provera, con la disminución de la densidad ósea, el incremento en el riesgo de padecer ciertos cánceres y mayor peligro de contraer VIH.

El año pasado, Pfizer (fabricante de la droga), la Fundación Gates, Usaid y otros grupos anunciaron una importante colaboración para aumentar el uso de anticonceptivos inyectables entre las mujeres pobres de los países en desarrollo valiéndose de una jeringa no reutilizable llamada Sayana Press.

Conscientes de la iniciativa mundial a favor Depo-Provera y del peso que conllevan las advertencias de la FDA, dos médicos presentaron una solicitud en 2013 que instaba a la FDA a retirar la advertencia de etiqueta negra, sosteniendo que «ha perjudicado la salud pública en los Estados Unidos y en todo el mundo». Uno de ellos es asesor de una empresa que comercializa el Depo-Provera y el otro es un abierto defensor del aborto que afirma que éste es más seguro que el parto.

El pedido dice que la etiqueta de advertencia es «inconsistente con la evaluación de importantes organizaciones médicas y de salud pública en todo el mundo», y menciona, en particular, a la OMS.

La FDA negó el pedido de forma muy clara. La dra. Janet Woodcock, directora de evaluación e investigación farmacológica, enfatizó que «[a]unque la FDA considera las opiniones y análisis de otros organismos sanitarios de renombre, en última instancia se atiene a su propio análisis independiente de la información disponible para tomar decisiones normativas».

Woodcock cuestionó con fuerza la acusación de que la FDA estuviera perjudicando la salud pública mundial al resaltar los riesgos del Depo-Provera. Si la etiqueta de advertencia ha llevado a la disminución en el uso del fármaco: «creemos que una menor preponderancia en el uso prolongado de DMPA es un beneficio para la salud pública».

La FDA manifestó preocupación «por el hecho de que las usuarias adolescentes estaban perdiendo densidad ósea en un momento de la vida en el que deberían estar experimentando aumentos significativos» y que la recuperación de ésta tras descontinuar el uso del Depo-Provera es lenta y puede no ocurrir en absoluto.

La FDA enfatizó que, como el Depo-Provera no ha estado en el mercado el tiempo suficiente como para determinar sus efectos a largo plazo en las mujeres después de la menopausia, momento de la vida en el que las mujeres sufren las consecuencias más graves de la osteoporosis, puede que no se conozcan aún sus riesgos más serios para la salud. Dado que las regiones del mundo a las que se apunta con la mayor comercialización y uso del Depo-Provera son también áreas con la menor cantidad de datos disponibles sobre osteoporosis (y con el menor acceso a atención médica), las advertencias de la FDA son particularmente oportunas, ya que el envejecimiento surge como un problema importante en todo el mundo.

Es probable que los gobiernos, los organismos de la ONU y las agrupaciones de planificación familiar que están gastando millones de dólares para distribuir el Depo-Provera en los países en desarrollo desoigan las advertencias de la FDA y se refugien en las afirmaciones de la OMS sobre su seguridad.

Artículos relacionados