La eutanasia no forma parte de los cuidados paliativos

Rónán Thomas Mullen

(Ref elmundo.es)

Este senador irlandés, defensor de la atención física, espiritual y familiar al final de la vida como derecho humano, fue coautor el año pasado de uno de los mayores informes sobre los cuidados paliativos en Europa.

Para Rónán Thomas Mullen la atención física, psicológica, espiritual y familiar al final de la vida debería formar parte de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Quizá por ese motivo lidera Human Dignity Alliance, un partido político pro vida formado en 2018. Este senador irlandés, exdelegado del Consejo de Europa, visitó el lunes España para asistir a la celebración, en Barcelona, de los 10 años del programa de atención integral a las personas con enfermedades avanzadas de “la Caixa”.

Mullen es admirador de ese proyecto, que conoce bien porque participó en la Comisión de Asuntos Sociales, Salud y Desarrollo Sostenible del Consejo de Europa, donde el año pasado presentó el informe The provision of palliative care in Europe.

¿Cuáles son las principales conclusiones de ese informe?
Hay dos cuestiones fundamentales: los cuidados paliativos, para poder estar en línea con los principales derechos humanos; y el abordaje holístico de esos cuidados, que incluye no sólo la atención médica y terapéutica sino también el apoyo psicológico, emocional, espiritual y familiar.
Europa es grande y la atención sanitaria y social varía mucho entre países, pero, en general, los europeos, cuando tenemos enfermedades avanzadas, ¿morimos bien o, al menos, sin dolor?
Es difícil generalizar; hay 27 estados. Se están haciendo muchas cosas bien desde el punto de vista del cuidado de las enfermedades incurables, pero hay un gran reto: una población cada vez más envejecida. La gente cada vez vive más, pero tiene que ser tratada por situaciones cada vez más complejas, y de ahí la importancia de los cuidados paliativos. En estos momentos en el mundo hay 40 millones de personas que necesitan cuidados de este tipo. Ese número puede crecer y no sólo en cáncer sino también en enfermedades cardiovasculares y otras. En cuando al dolor, hay poblaciones de zonas caucásicas de Europa en las que se ha avanzado pero queda mucho camino por recorrer.
Entonces, ¿morimos con dolor?
Es importante saber qué consideramos dolor, porque la soledad también puede serlo. ¿Mueres bien si te palían el dolor pero nadie te visita en el hospital? Yo soy generalista, soy político, pero entiendo que el bienestar físico hay que completarlo con el bienestar emocional y espiritual.
¿Hasta qué punto la ideología política y, sobre todo, la religiosa ha dificultado el avance de los cuidados paliativos?
La comunidad religiosa ha jugado un papel importante a la hora de diseñar los cuidados paliativos. La atención hospitalaria se inició como parte de las obligaciones cristianas. Gran Bretaña fue pionera en paliar en cáncer con un movimiento específico: el de los hospicios. Uno de los aspectos a tener en cuenta es la relación entre sanidad pública y colaboración privada. La comunidad religiosa ha tenido una colaboración importante en esto.
Hay un aspecto polémico, el de la sedación paliativa, que algunos sectores han vinculado con la eutanasia, complicando así, más si cabe, el debate sobre los paliativos. ¿Qué opina al respecto?
Eso, en el informe del Consejo de Europa, está muy claro: la eutanasia nunca ha formado parte de los cuidados paliativos. Hay personas que, al verse incurables, expresan el deseo de eutanasia enmascarando la realidad: no es que no quieran vivir, es que no quieren ser una carga para la familia o tienen miedo de sufrir un dolor insoportable. En estos casos los paliativos pueden resultar exitosos.
En el Parlamento español hay dos proyectos legislativos en curso: uno sobre paliativos y otro sobre eutanasia. ¿Deben legislarse los dos asuntos por separado?
Básicamente, la cuestión de la eutanasia es de filosofía y de política con mayúsculas y con minúsculas. Al menos hay que separar los dos debates porque los paliativos de buena calidad tienen que hacerse, mientras que la eutanasia es más de autonomía de la persona reconciliada con la dimensión de la comunidad. Y en esto hay que tener mucho cuidado con el aspecto económico: avanzar en la eutanasia como solución para una población envejecida y con muchos costes asistenciales asociados. Cuidado con los que cuentan garbanzos. Winston Churchill dijo de los científicos que tienen que estar disponibles pero no ser los que controlen. Yo diría lo mismo de los políticos que controlan el presupuesto sanitario público.

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