Altisent, médico experto en Bioética: “Lo fácil es acabar con la vida”

El experto considera que tratar el sufrimiento es un problema complejo con el que no debe hacerse campaña política

REDACCIÓN MÉDICA05/04/2019

Rogelio Altisent, médico y profesor de Ética en la Universidad de Zaragoza, vicepresidente del Comité de Bioética de España y presidente del Comité de Aragón, ha conversado con Redacción Médica para expresar su punto de vista a título personal sobre la eutanasia. El caso de María José Carrasco, paciente de esclerosis múltiple que ha sido ayudada por su marido a morir, ha vuelto a abrir un debate complejo. Altisent, que también fue presidente de la Comisión Deontológica de la Organización Médica Colegial (OMC), se ha mostrado afectado por el caso y ha lamentado no obstante, que se enarbole como una cuestión de campaña política. Por todo ello, ha hecho un llamamiento a tratar estos asuntos en un debate más pausado.

Rogelio Antisent, en una imagen de archivo.

¿Cuál es su opinión sobre el problema de la eutanasia?

No me quiero pronunciar de forma firme sobre este tema, pero tengo tres o cuatro ideas que pueden servir para hacer una reflexión. Una primera es que hay que tener cuidado con agitar las emociones en una sola dirección, más aún en campaña electoral.

¿Concretamente?

Por ejemplo, ¿cuál era la situación de ayudas a la dependencia que estaba recibiendo un marido que lleva 20 años cuidando de una persona enferma con una gran discapacidad? Unas ayudas a las que tenía derecho por ley. Porque tenemos una ley de dependencia de la que todos los políticos se han mostrado orgullosos, y sin embargo las ayudas no llegan. También en algún momento se ha apuntado la posibilidad de abrir una vía de urgencia para estas situaciones. Porque escuchando el relato de este señor es comprensible: ¿quién no iba a estar agotado?

¿Y en cuanto a la legalización de la eutanasia?

Yo me hago otra pregunta: ¿por qué la mayoría de los países europeos se están resistiendo a legalizar la eutanasia? Reino Unido, Alemania, Francia, los países nórdicos… A lo mejor en este debate juega un papel importante el hecho de que plantear que los médicos quiten la vida a sus pacientes, en un momento dado, aunque se haga con garantías, supone atravesar una línea roja que distorsiona la relación médico-paciente. Esto además supone que en las facultades de medicina, al alumno se le enseñará en que en determinadas circunstancias se le puede quitar la vida al paciente.

Hay que señalar que legalizar la eutanasia supone un mensaje social a personas en situación de vulnerabilidad. Porque, de manera sutil, podemos estar diciéndole a personas en situaciones muy complejas: “Son ustedes una carga para el Estado, no retrasen lo inevitable puesto que además van a pasar un gran sufrimiento”. Todo esto tiene que estar en la balanza, porque nadie lo está tratando ahora mismo. Nadie está poniendo peso en el otro lado, y creo que hay que ponderar un poco el debate.

Otro de los argumentos que más se está repitiendo estos días es el derecho a disponer de la propia vida. Pero también hay quien piensa que el suicidio es inmoral. Por eso es un tema difícil, porque cada uno tiene sus convicciones. El derecho a la disponibilidad de la propia vida es una convicción respetable, pero que trae también consecuencias ya que se podría aplicar a otras situaciones.

¿Por ejemplo?

¿Con qué planteamiento paternalista vamos a decir qué grado de sufrimiento tiene que tener una persona para que pueda acogerse  a la ley de eutanasia? ¿Alguien que se haya arruinado y que no vea futuro no tendría el mismo derecho?  Por eso me gustaría que quedara claro que hay muchos argumentos en los dos sentidos, y que quizá se están poniendo muchos en un lado de la balanza. Porque el tema no es tan simple como señalar que un país progresista tiene que legalizar la eutanasia.

Técnicamente el caso que se ha publicado se trata de un suicidio asistido. ¿Qué pasa con los casos en los que los pacientes no pueden tomar parte activa?

Teóricamente, en los países donde se ha aprobado esta ley, tiene que ser con el consentimiento del paciente, y eso forma parte de la definición legal de la eutanasia. Ahí está el tema de la pendiente resbaladiza, que se ha mencionado también. Una ley de eutanasia se aprueba para unos casos muy delimitados y muy determinados. Pero se empieza por unos y se acaba aplicando a otros en los que no se debería realizar. En Holanda ha quedado probado que se ha aplicado a muchas personas con demencia, que evidentemente no entraban dentro de los requisitos.

¿Qué es más necesario actualmente, la despenalización de la eutanasia o una ley de cuidados paliativos? 

Aprobar una ley de eutanasia sin tener antes una ley que establezca el derecho a los cuidados paliativos es llevar al extremo los argumentos sobre el ‘chantaje’ moral a los que me refería. Parece que es preferir no dedicar recursos a eliminar el sufrimiento y que es mucho más fácil recurrir a eliminar a la persona.

¿Cómo se puede luchar contra el sufrimiento?

También quiero hacer constar una reflexión sobre el sufrimiento refractario, que se da, por ejemplo en pacientes con enfermedades degenerativas. El sufrimiento refractario es aquel que no se ha podido aliviar mediante procedimientos convencionales. Es un sufrimiento existencial que no es dolor, no es disnea… En estos casos, cuando no hay manera de aliviar el dolor está indicada la sedación para tratarlo.

Desde el punto de vista médico puedo recurrir a la sedación y a pactar con el paciente bajar su nivel de conciencia para que no sufra, aunque también debe constar que hay más terapias. En todo caso, desde el punto de vista de la ética médica no hay inconveniente en sedar a este tipo de pacientes, aunque no son situaciones sencillas. En estos casos quizá se pueda recurrir a la sedación paliativa, pero la línea roja de quitar la vida a un paciente tiene consecuencias, y entre ellas que distorsiona la naturaleza de la profesión.

Está claro que lo fácil es acabar con la vida. Lo que es complejo es que una sociedad madura sea responsable y no agite las emociones. Las imágenes que se han publicado conmocionan a cualquiera, pero agitar este tema como bandera en campaña política… A mí me gustaría que también alguien agitara la bandera de la ley de dependencia y que se pregunte por qué no se está aplicando.

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