«La calidad de una sociedad se mide en la atención que da al entrar y salir de la vida»

CARMEN CABRERA – JAÉN – 

IDEAL DE JAÉN

Mª Carmen Ortega pide más recursos para los equipos de cuidados paliativos. / C.C.G.

La médico Mª Carmen Ortega es una de las dos especialistas (junto a una enfermera) que integra uno de los equipos de soporte de cuidados paliativos en la provincia de Jaén. En su caso, presta sus servicios a la zona de influencia del Hospital de Jaén y Jaén Sur. A este equipo se suman dos más que trabajan en Jaén Norte y Jaén Nordeste. Sin embargo, se revelan insuficientes para atender con las garantías posibles a todos los pacientes.

 

Actualmente, son tres los equipos de soporte de cuidados paliativos en la provincia. ¿Cree que es necesario más personal para atender a la población a la que se dirigen?

-Sin duda. Son necesarios más medios. Técnicos y humanos, pero fundamentalmente humanos. Los equipos que hay en Jaén son básicos, formados por una médico y una enfermera. Pero es que deberían ser más amplios, integrado por médico, enfermero, psicólogo, trabajador social y fisioterapeuta. Y que, además de ser equipos integrales, fueran más.

«La atención al paciente es inseparable con la que ofrecemos también a sus familias»

¿Por qué considera que son insuficientes?

-Debemos darnos cuenta que el 50% de los enfermos de cáncer termina, tarde o temprano, en nuestras manos. Además de pacientes con otras patologías que llegan hasta nosotros cuando se ve que su dolencia no se va a curar. A cada paciente, pero también a su familia, debemos otorgarle un tiempo y una dedicación mínima. Y es complicado llegar a todos en las mejores condiciones con tan poco personal y a veces hacemos verdaderos ‘encajes de bolillos’ para conseguirlo. Eso sin hablar de periodos en el que los equipos están de vacaciones o hay algún profesional enfermo. Nos apoyamos en las enfermeras de enlace y los médicos de Atención Primaria, pero cada día vemos más la necesidad de ampliar estos equipos, que empezaron a verse mermados a consecuencia de la crisis. Es decir, avanzamos gracias a recursos del SAS o la colaboración de entidades como la Asociación Española contra el Cáncer, pero lo ideal sería contar con una dotación integral.

¿Piensa que los cuidados paliativos son los grandes olvidados del sistema sanitario?

-Sí, lo creo firmemente. Es el hermano menor de la asistencia y no está suficientemente valorado. No solo no está reconocido como especialidad, sino que ni siquiera está considerado como un área de capacitación específica. Tengo claro que la calidad en una sociedad hay que medirla en la atención que damos a las personas a la llegada y salida de la vida. Y para ello, son fundamentales los cuidados paliativos.

¿Qué tipo de trabajo realizan exactamente estos equipos?

-Nuestros objetivos son varios. Por un lado, el del control de los síntomas del paciente porque así obtendrá una mayor calidad de vida tanto él como su familia. Pero también orientamos a las familias sobre los cuidados al final de la vida, ya que para ellos supone un impacto emocional muy grande. Además, les ayudamos en la toma de decisiones. En la actualidad, parece que más cantidad es mejor. Es decir, más quimioterapia, más tratamientos… Pero lo que muchas familias no se atreven a decir es que no quieren más cantidad, sino más calidad de vida durante el tiempo que le quede en el mundo. Nuestro cometido también es el de plantearles cómo será la evolución de su enfermedad porque quieren saber cómo será su final.

Humanizar la asistencia

¿Qué importancia tiene la parte emocional en este proceso?

-Mucha, muchísima. El aporte psicológico es fundamental, que se debe complementar con el físico. El verdadero valor de los cuidados paliativos es el de humanizar la asistencia, que puede parecer muy fría si solo hablamos de la patología en sí. Pero detrás de cada diagnóstico hay una persona, un ciclo vital que llega a su fin y que hemos de abordar de la forma más integral posible. Debemos normalizar una situación que es consustancial a la vida, pero para eso necesitamos tiempo y palabras.

¿Qué papel juegan las familias?

-Para nosotros, la atención al paciente es inseparable de sus familias. Porque viven una impacto emocional brutal. Nosotras les acompañamos también a ellas, pero sería fundamental contar con un psicólogo en nuestro equipo, para tratarlas a ellas y al paciente, pero también a los propios miembros del equipo. Con las familias trabajamos la situación de que el enfermo pueda acabar su vida en casa, con su intimidad, en su ambiente, con sus seres queridos. Y para la propia familia, es reconfortante comprobar que se siente útil porque le puede acompañar en esos momentos y contribuir a mejorar su calidad de vida. Después, son muchas las familias las que nos agradecen haber tomado esa decisión.

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